martes, 24 de marzo de 2015

El alumno nuevo

Tanto estudiar no es bueno, me dijo una vez una amiga mía.
Antes casi no tenía tiempo ni de hablar con mis amigas, solo quería ser la mejor de la clase, tener las mejores notas… Asta que un día llegó un chico de intercambio a la escuela.
Cuando lo vimos entrar por la puerta ninguna de las chicas del aula pudieron cerrar la boca. Habíamos hecho muchas especulaciones sobre como sería el alumno nuevo pero ninguna llegó a imaginárselo así.
Un chico moreno, alto de ojos azules entró por la puerta. Se puso al lado del profesor y le presentó a la clase. Ni de cómo se llamaba me di cuenta cuando vi eses ojos…
El profesor le mandó que se sentara en el pupitre al lado mío. Cuando se sentó a mi lado algo me recorrió estaba muy nerviosa…
Pasaron los días y ese chico y yo empezamos a congeniar. Quedábamos después de las clases, me acompañaba a casa, hacíamos la tarea juntos….
Llegó San Valentín y en mi pupitre había una rosa con una tarjeta. Miré la tarjeta y era para… mí….
Era de el… entró por la puerta y le di un gran abrazo.
A la salida de la escuela empezamos a hablar como siempre y…
– Llevo tiempo queriendo decirte algo…
– Dime
– A mí me gustas… no quiero irme de aquí sin ti…
El alma se me cayó a los pies, le gustaba y quería que me fuera con el… ¿Y mis amigas? ¿Y mi familia? Mis estudios… ¿Qué iba hacer?
Llegamos a mi casa y nos despedimos. Se acercó para darme los dos besos pero… sus labios rozaron los míos, sus brazos me acercaron más a él, cada instante redescubría nuevas sensaciones y no pude evitar llorar sabía que se iría y sin mi…
Cuando se fue me hizo una promesa…
“Volveré a por ti, eres mía de nadie más”

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