viernes, 27 de marzo de 2015

Carta de amor

Cesar y yo íbamos en clases diferentes pero desde el día de la presentación hubo mucho feeling entre los dos.
En los recreos quedábamos juntos y hablábamos de libros, de los que habíamos leído. Muchas veces intercambiábamos libros y al terminar de leerlos hacíamos críticas.
El tiempo fue pasando y empezamos a escribir. Él se dedicó más a la poesía y yo a la novela, nos apoyábamos en nuestra lucha de llegar a ser alguien.
Siempre buscaba su aprobación, que le gustara lo que escribía y él era el protagonista de muchas de mis historias pero no tenía el valor de decirle lo que sentía en realidad.
Cesar con el tiempo empezó a  salir con chicas, chicas muy guapas.  De vez en cuando nos veíamos pero ya no me conformaba con ver sus hermosos ojos azules cielo y soñar con el tacto de sus labios en los míos.
Un día buscando información para un trabajo de clases, me topé con el anuncio de un concurso. Me detuve a leerlo con calma.
Una idea vino a mi cabeza y me pareció la solución a todos mis miedos. Usaría el concurso de cartas de amor para escribírsela a él.
Escribí todos mis sentimientos en esa carta, lo mucho que anhelaba estar con él a solas, el deseo que tenía por eses labios y sobre todo que necesitaba perderme en eses ojos azules como si fuera un ángel  para estar en ese paraíso.
La carta ganó el concurso y Cesar, como esperaba, vino a felicitarme y fue cuando exploté:
-          Esa carta no la inventé. Son mis sentimientos de verdad.
-          Pillina, ¿Por quién late ese corazón que llevas en el pecho?
-          Por ti.
Me armé de valor. Me acerqué a él y le besé. Un dulce y tierno beso.
El mundo que me rodeaba no me importaba, solo quería estar con él para el resto de mi vida.
Con él me veía envejeciendo, teniendo hijos y una vida en futuro. Ya no  buscaba ser famosa en el mundo editorial, solo quería ser su compañera en su camino.
Después de varios años de novios, César publicó su primer libro de poemas. Siempre le he apoyado en su camino y no me podía esperar la sorpresa que me tenía preparada.
Cuando me dio el libro y lo abrí, lloré al ver la dedicatoria tan hermosa que me había escrito, había copiado algunas frases de mi carta de amor de hace tantos años atrás.
-          Gracias por ser mi gran apoyo en todos los momentos.


-          Te amo, César.

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